EL ARCO ROMANO. MONTESSORI

Cuando ví por primera vez el Arco Romano Montessori me quedé fascinada, realmente es uno de los materiales Montessori que más me gusta.

Es una extensión de sensorial, es decir, está dentro del área de sensorial pero con él se trabajan también conceptos de geometría e historia. El arco romano es una reproducción exacta del modelo arquitectónico clásico que podemos encontrar en Roma.

Se le puede presentar al niño a partir de los 4 años aproximadamente, siempre que haya trabajado ya con el trinomio. Os recuerdo que los materiales Montessori no son juguetes y deben ser mostrados (presentados) por un adulto que sabe cómo se utilizan. Una vez el niño ya conoce cómo se trabaja con el material el adulto puede retirarse.

El arco romano es todo de madera y está compuesto por el siguiente material:

  • 2 paredes sobre una base de madera.
  • 3 piezas para ser usadas como una cuña.
  • 9 piezas con las que se forma el semicírculo del arco.
  • 3 prismas pequeños.
  • 2 cuñas grandes, 2 medianas y 2 pequeñas.
  • 17 prismas grandes.

Presentación:

La guía o el adulto que conoce el material invita al niño a trabajar con el arco romano, se le enseña y lo llevan a una mesa.

Le puede decir algo así como: “Este material es para construir un arco romano, ¿sabes quienes eran los romanos?”. En este momento la guía le puede contar la historia de los romanos y de Roma, es una forma de introducirles algo de historia. Puede contarle algo así o mucho más completo, sólo os doy un ejemplo:

“Los romanos fueron personas que vivieron hace muchos años, formaron un gran imperio que creció y se extendió por varios continentes, Europa , Asia y África. Ocupaban el país que hoy conocemos como Italia y en una ciudad en particular llamada Roma. Según una leyenda, esta ciudad fue fundada por Rómulo y Remo, dos niños que fueron amamantados por una loba.

Los romanos eran muy buenos arquitectos e inventaron el arco romano, que es una estructura con forma curvada entre dos pilares o muros fijos.

Los romanos expandieron su imperio y para poder cruzar los ríos construyeron muchos puentes en forma de arco romano.”

Una vez le ha contado la historia saca todas las piezas del arco y las coloca sobre la mesa formando columnas de piezas iguales. Le dice al niño que primero lo va montar ella y después lo podrá hacer él.

  • Monta primero el sostén del arco con las dos piezas más grandes y la cuña, colocándolas entre los dos muros que se encuentran en la base.
  • Comienza a construirlo colocando primero las 9 piezas con las que se forma el arco, continúa colocando las 2 cuñas pequeñas, después las 2 largas más 2 prismas pequeños, continúa con 2 prismas grandes y un prisma pequeño en medio. Termina colocando sobre el arco los prismas grandes en forma de ladrillos.

En la foto tenéis el dibujo de las piezas y el orden de colocación.

 

  • Una vez está el arco montado le pregunta al niño: “¿Crees que si sacamos estas piezas (mostrando el soporte) el arco se cae?”
  • Con mucho cuidado retira el soporte y el niño verá que el arco se sostiene por sí mismo.
  • Ahora le pregunta: “¿Crees que será tan fuerte que si apoyo mi mano encima no se caerá?”
  • La guía se pone de pie y apoya su mano con fuerza sobre el arco empujándolo hacia abajo ( si está bien montado no se derrumba) y comprueban que es una estructura muy sólida.
  • Por último desmonta el arco, comenzando por las piezas de arriba y le dice al niño que ahora le toca a él.

Una vez el niño/a ha visto cómo se construye ya le dejamos que lo haga tantas veces como quiera y que lo intente hacer solo. El material en sí mismo le dará el control de error, no hace falta estar diciéndole si lo está montando bien o mal.

Este material proporciona al niño todos los beneficios del material sensorial como son: educación de los sentidos, desarrollo de la inteligencia, mente ordenada, desarrollo del sentido de la armonía, belleza, estética, preparación para las matemáticas, lenguaje, etc y además le introduce en la historia, en que todo lo que existe a nuestro alrededor tiene una historia y un por qué.

Os animo a que conozcáis el arco romano sobre todo si a vuestros hijos les gusta construir.